Las postales oníricas de Agnieszka Taborska
Postales surrealistas, que desdoblan la vida en hechos extraordinarios de una mujer que sólo sabe dormir y soñar.
Postales surrealistas, que desdoblan la vida en hechos extraordinarios de una mujer que sólo sabe dormir y soñar.
Corría el año de 1902 en la Viena imperial. Hugo von Hofmannsthal, un joven de aguda sensibilidad y espíritu lúcido, con veintisiete años entonces, acababa de publicar un texto a manera de epístola fechada en 1603 titulado “Carta de Lord Chandos”. En ella, Lord Chandos, la voz narrativa de Hofmannsthal, manifestaba su definitiva renuncia a la escritura. Hablaba al destinatario, Sir Francis Bacon, de una escisión irreversible entre el lenguaje y la realidad; “las palabras abstractas se me desintegran en la boca como setas mohosas”, escribía. Encontraba términos como “espíritu”, “alma”, “cuerpo”, drenados de significado, ajenos a la vida, a su comprensión de las cosas. El lenguaje había dejado de ser la manera de aprehender el mundo, porque el mundo se situaba en otro plano, ajeno al lingüístico. Los seres y los objetos ya no eran más la llave para entender y hablar el idioma de la naturaleza. No había palabras para el pensamiento subjetivo, lo único que a él le parecía verdadero; el lenguaje se presentaba como un vórtice sin fin ni dirección. El …
Editar entrada ¿Pero es que los clásicos envejecen? ¿No es el título un oxímoron en sí mismo? Como cuando ves El señor de los anillos o Bladerunner y sientes que aunque han envejecido, lo han hecho bien, es decir, ya son clásicos, no se ven tan viejos. No sé si se podría considerar Zorba el griego un clásico de la literatura contemporánea, pero sí se puede decir que es el personaje griego más famoso de la literatura del siglo pasado, para que no digan que de griegos sólo leemos a los antiguos y ahí nos quedamos. Yo tomé clases de griego moderno en la universidad, y una de mis mejores amigas es una helenófila obsesiva (si alguien quiere clases de griego moderno, escríbame), de modo que tenía más de un pretexto para leer la obra más famosa de Nikos Kazantzakis, pero sin duda no la mejor. Hay dos lecturas (hay muchas, pero yo sólo me voy a enfocar en dos) que se le pueden hacer a esta novela: la simbólica, pues qué es la literatura …
Bueno, para esta entrada me voy a tomar la licencia de incluir no sólo a autores ocultos, sino algunos incluso consagrados y, digamos, bestsellers literarios (sí, de esos de Anagrama). Hice esta nota sobre biografías porque creo en una literatura de personajes, no de anécdotas. Parece una perogrullada, pero recordaba aquel artículo de Daniel Espartaco donde criticaba que en los talleres de cuento le enseñan a uno que este género se sustenta más en la anécdota que en el personaje (hace poco, una alumna de mi amiga Lola le dijo que «La dama del perrito» era, pese a ser de Chéjov, un cuento de anécdota. Lola la reprobó, claro está). No sé, yo creo que ambas son válidas, sin embargo, si hay opción, yo me voy siempre del lado del personaje. Este post, pues, es sobre las biografías como relato, no como novelas; no es sobre un escritor biografiando a otro en un novelón que intenta sacar a la luz las cosas que el biografiado nunca escribió sobre sí mismo. Tampoco es sobre la interminable saga de …
Hace algunos años todavía se hablaba de Kadaré. O igual era que mis amigos lo leían y yo creía que todos hablaban de él. Luego le dieron el Príncipe de Asturias de las letras en 2009 y, tras sospechar que lo más probable era que nunca le dieran el Nobel, dejó de sonar. Novelón tras novelón, Kadaré se fue quedando inmóvil y empolvado en los libreros de los articulistas y críticos literarios. A mí me parece que Kadaré es una de las grandes plumas que ha dado el siglo XX, y aunque parezca una afirmación genérica —pues escribo sobre escritores que me gustan porque no creo en la mala publicidad (sería raro que me animara a perder el tiempo en una reseña sobre un mal libro, a menos que fuera una verdadera abominación que mereciera compartirles mi implacable veneno)—, creo que el espectro que abarca la obra de Kadaré despliega relatos de envergadura legendaria y metafórica de alta manufactura mientras cuenta el transcurrir de los días cotidianos. Resulta que parece que Kadaré es un escritor monotemático. …
Hay libros que son un desierto. Otros, un viaje en tren con muchas paradas. Hay libros que son una ciudad, un laberinto, y otros, que son un museo de cosas imposibles. El lenguaje se presta para hacer con él lugares inhóspitos o sembrar en las páginas criaturas anacrónicas y máquinas de otro mundo. Los Ejercicios de estilo de Raymond Queneau se publicaron en 1947 y décadas después se fundaba el Oulipo, donde científicos se recreaban trasladando algoritmos a la escritura literaria. Pero antes, mucho antes de ellos, Raymond Roussel (1877-1933) ya se había puesto a jugar con las solemnidades poéticas. Dentro de los libros técnicamente intraducibles, los que sólo aceptan equivalencias, se encuentran los de Raymond Roussel, un exaltado viajero francés que había estudiado piano en el Conservatorio de París y millonario heredero que, gracias a eso, pudo pagar la publicación de sus escritos. Impresiones de África (1910) y Locus Solus (1914) fueron un estrepitoso fracaso entre la crítica literaria, lo cual sumió a Roussel en la depresión, aunque causó admiración, por evidentes razones, entre …
B. Schulz (1892-1942) Probablemente a estas alturas ya todos conozcan la nefasta historia de cómo el mundo perdió a uno de sus genios más emotivos, más visionarios, dueño de una prosa iluminada y visceral, desbordada, rica y audaz, hacedor de pasados, de libros imprescindibles, tejedor de una saga familiar e histórica inolvidable. Ante la insistencia de sus amigos y familiares, Schulz había decidido por fin huir de Polonia con los papeles falsos que un contrabandista le había conseguido. La anécdota es bien conocida: Durante la ocupación alemana en Polonia, Schulz se convirtió en el judío de un nazi que lo adoptó para que pintara murales en el cuarto de su hijo y en el resto de la casa. Un día en la calle, por venganza, otro nazi le disparó a Schulz, y le dijo al general alemán: «Tú me mataste a mi judío, yo te mato al tuyo». Dicen que Schulz había terminado ya la primera versión de su obra maestra, El Mesías. Su libro, como su cuerpo, se pudren en alguna fosa común que aún no …
No me explico por qué Magda Szabó no es, ni de lejos, tan célebre ni tan leída como Sándor Márai o como Imre Kertész entre los lectores de habla castellana. Probablemente en Hungría sea una escritora de cajón, como para nosotros son figuras como Marguerite Yourcenar o Virginia Woolf, no sé, lo digo sólo por ejemplificar. Decía que no me lo explico, pero sí: entre Magda Szabó y nosotros, pobre lectores voraces, hay (a pesar de los múltiples premios de esta escritora) toda una industria editorial de distancia. Es lamentable. Magda Szabó fue una revelación. Es una escritora profusa y certera. Reúne en sus novelas dos virtudes irreemplazables para quienes las han conocido: la sensibilidad adquirida mediante una profunda observación del comportamiento y el sentir de las personas, y la potencia que encierran esos pequeños actos y palabras cotidianas. Eso es: potencia y sensibilidad. Quizás la obra más conocida de Szabó sea La puerta, publicada en 1987 y que fue la última novela de la autora. Este relato ahonda en la relación entre una escritora y su criada. Me …
A estas alturas no sé si alguien recuerde y lea todavía a Halldór Laxness, otro señor del club de los Nobel olvidados. A mí me gusta porque la suya es una narrativa que integra visiblemente una presencia de cantos épicos que resuenan en los días cotidianos de la gente simple en los tiempos actuales. Islandia es una de las escasas culturas que, hoy en día, y sin importar el «progreso» que hayan alcanzado sus ciudades y su industrialización, mantiene una relación de respeto y convivencia con la naturaleza y sus personificaciones. Dicen que Rulfo, a quien no le gustaba hablar de sus influencias literarias, se declaró en deuda con la novela Gente independiente de Laxness (una visita a Pedro Páramo reiterará sin mucho esfuerzo esta deuda). A pesar de que Laxness fue un autor prolífico, no circulan actualmente tantas de sus obras. Yo sólo he leído dos libros de él: Paraíso reclamado y Gente independiente, no es tan fácil conseguir otros títulos por acá, al menos en español y en libro físico (hay ediciones en inglés de muchas de sus novelas en e-book en amazon, por si se les …
El siglo XIX mexicano fue un tiempo donde la crónica fue estelar. Los consagrados de la literatura mexicana escribieron extraordinarias crónicas de sus viajes a otros países y de sus vivencias. Si bien no se puede contar a la señora Calderón de la Barca entre los cronistas nacionales (pues porque era escocesa, verdad), sus crónicas en forma de epístolas fueron, para bien y para mal, un punto de vista referencial que fue tomado en cuenta para quienes posteriormente visitaban el país, si bien, hay que decirlo, los literatos mexicanos no estaban muy contentos con sus impresiones. Entre los viajeros que visitaron México, se mencionan por orgullo y complacencia a aquellos que quedaron encantados, los que contemplaron México como un país «surrealista» (aunque francamente ahora no puedo pensar que este epíteto sea necesariamente bueno) y exótico, como Humboldt, Artaud, Le Clézio, y un largo etc. Dedico esta entrada, sin embargo, a los descontentos y decepcionados de México, a los que nos malmiraron por gentuza, incivilizados, herejes, idólatras. O lo que sea. Bien divertido visto a la distancia. Madame Calderón …