Magda Szabó y las pequeñas cosas
No me explico por qué Magda Szabó no es, ni de lejos, tan célebre ni tan leída como Sándor Márai o como Imre Kertész entre los lectores de habla castellana. Probablemente en Hungría sea una escritora de cajón, como para nosotros son figuras como Marguerite Yourcenar o Virginia Woolf, no sé, lo digo sólo por ejemplificar. Decía que no me lo explico, pero sí: entre Magda Szabó y nosotros, pobre lectores voraces, hay (a pesar de los múltiples premios de esta escritora) toda una industria editorial de distancia. Es lamentable. Magda Szabó fue una revelación. Es una escritora profusa y certera. Reúne en sus novelas dos virtudes irreemplazables para quienes las han conocido: la sensibilidad adquirida mediante una profunda observación del comportamiento y el sentir de las personas, y la potencia que encierran esos pequeños actos y palabras cotidianas. Eso es: potencia y sensibilidad. Quizás la obra más conocida de Szabó sea La puerta, publicada en 1987 y que fue la última novela de la autora. Este relato ahonda en la relación entre una escritora y su criada. Me …